Hoy he tenido la oportunidad de escuchar a Jaime Anchústegi (CEO de Generali España) en los desayunos que organiza ESADE comentando su experiencia en la fusión de Banco Vitalicio y Seguros La Estrella.
He de reconocer que, al principio, me ha costado seguirlo: Demasiado tiempo hablando sobre Generali... (aunque supongo que es normal en los CEOs; les gusta hablar de "su libro")
Centrándonos en el tema de su experiencia en la fusión, me ha gustado su enfoque pragmático y nada dogmático. No han seguido el manual A o el B, han hecho lo que han considerado que tenían que hacer, lo que era mejor para ellos. Pero, sobre todo, me ha gustado su preocupación porque el proceso de fusión no generara incertidumbre (la incertidumbre provoca desconfianza y la desconfianza mina el compromiso de las personas).
Y sobre todo, me ha gustado que no lo ha contado "sacando pecho", sino como algo que había que hacer. Me explico: El día 0 de la fusión todo el equipo directivo sabía como iba a ser la compañía resultante, su puesto, sus funciones y su equipo... incluso los que no contaban, los que no tenían hueco, les había sido comunicado en una reunión personal con el propio Jaime...
Creo que en estos momentos, ha sido una buena lección para todos aquellos que se encuentran en procesos de este tipo (aunque está claro que no es lo mismo un proceso de fusión cuando uno quiere que cuando está obligado por las circunstancias y el momento viene dado) y que están generando tantísima incertidumbre en sus equipos humanos.
En definitiva, la preparación de la fusión es más larga, pero merece la pena el esfuerzo a cambio de evitar la incertidumbre generalizada en la organización durante el proceso de fusión.
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