26 mayo 2008

La participación y los Planes Directores


Casi tenía olvidado este tema de los Planes Directores, pero un reciente post en Vida de un Consultor sobre la frase de Julen sobre la capacidad de decisión y el compromiso me lo ha vuelto a traer a la mente, sobre todo por el comentario de 'Estoy repe' que prefería el término participar al de decidir...

La frase lapidaria quedaría algo así como...
"Si no me dejas participar, luego no esperes demasiado compromiso por mi parte"
¿Y por qué me ha recordado esto el tema de los Planes Directores? Muy sencillo, porque uno de los motivos que me han llevado a innovar sobre este asunto es el hecho de que he comprobado en múltiples ocasiones que tras finalizar un Plan Director, hay que volver a "venderlo" dentro de la organización porque no se ha hecho participar a los actores adecuados.
¿Qué quienes son estos actores? Lógicamente la Dirección... Si no dejamos participar a la Dirección en el Plan Director, no pretendamos que se sientan comprometidos con los resultados...

Actualización: He recordado una entrada fenomenal de Pilar Jericó sobre el compromiso y me quedo con una frase: "el compromiso nace de la libertad". Leedlo. Es muy recomendable.

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La foto es de O3 en Picasa

2 comentarios:

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Y la de veces que nos pasa lo mismo... será que no aprendemos.

Mario dijo...

Sólo por animar el debate, hay formas y formas de participar y desde luego formas y formas de conseguir el compromiso. En realidad, de lo que se trata no es tanto de que participes, como que de que te SIENTAS PARTÍCIPE. Muchas personas viven muy bien, con relación a determinados temas, bajo un Despotismo Ilustrado. Organizaciones gestionadas con mano de hierro, en las que la "participación" como la entiende el amigo Julen brilla por su ausencia, consiguen elevados niveles de compromiso, porque consiguen, por otros medios, hacer sentir al individuo como parte (importante) de algo, sin darle voz ni voto. Ejemplos: el Corte Inglés de Areces, la General Electric de Welch, el Microsoft de Ballmer o el favorito de Boyd, el Ejercito Alemán en la II Guerra Mundial.