09 agosto 2007

Otro reto: La dificultad en la contratación.

Desde hace unos días, supongo que por coincidencia o porque se trata de una asunto en auge, han aparecido varias noticias y opiniones relacionadas con la dificultad de contratar. En mi opinión, es evidente que nos encontramos ante un cambio del modelo (de paradigma, como diría Stephen R. Covey) que nos obliga a buscar la solución a la nueva situación desde un nuevo enfoque, porque si nos quedamos anclados en los patrones del pasado estamos abocados al fracaso.

Además, es un asunto generalizado y con denominadores comunes. Puede parecer preocupante, en nuestro sector, el de la Consultoría pero no es menos cierto que ocurre en otros sectores tan distintos como el de la hostelería. De esta forma, se ha dado la vuelta a la tortilla: Antes eran las personas las que debían buscar una empresa donde las quisieran contratar, ahora las empresas han de buscar personas que quieran venir a trabajar. Una vuelta de 180º (y en muy poco tiempo).

Me gustó el término que utilizó Andrés, "Employer branding" en relación a la actitud de Mercadona hacia sus trabajadores y, concretamente, la última noticia relacionada con el trato hacia sus madres trabajadoras. Creo, de hecho, que es la única solución a esta situación: Convertir nuestras empresas en lugares donde las personas quieran trabajar.

¿Por qué? Pues porque soy de la opinión de que, en el pasado, la relación entre la empresa y el trabajador era de superioridad, mientras que hoy por hoy, es una relación de igualdad. Es cierto que la empresa aporta ciertas cosas (estabilidad, respaldo...) pero la persona pone también su parte (creatividad, marca personal - sobre todo en este mundo de la consultoría,...). Es decir, se trata, nunca mejor dicho, de un contrato entre 2 partes en las que ambas deben salir ganando si queremos que se prolongue en el tiempo; si no es así, alguna de las partes, lo rescindirá. Por eso, los valores que más pesan en relación a la fidelidad son: el buen ambiente laboral, la responsabilidad, la autonomía en el puesto de trabajo y, no podía faltar, el dinero.

Por eso, como creo en esto, me ha encantado ver que los factores que, personalmente valoro y que trato de establecer en las relaciones con los que trabajan conmigo salen tan bien parados en esa encuesta. Al final, estamos en la empresa porque nos sentimos parte del proyecto de la empresa, porque nos gusta lo que hacemos y porque nos sentimos valorados... es decir, porque sentimos que "pintamos algo"... si no es así, cambiamos de aire.

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