Leyendo la prensa de estos días, me ha llamado la atención un par de artículos aparecidos en Cinco Días que siguen a vueltas con una de las grandes preocupaciones de estos tiempos (y que lo será aún mayor en el futuro): Las relaciones laborales en la empresa y las dificultades de contratación.
El segundo tema ya lo comentamos unos días atrás, pero sigue siendo noticia, ahora relacionado con otros sectores tradicionales ("panaderos, pasteleros, empleadas de hogar, camareros o pastores" según relaciona el propio diario) y siempre, debido a lo mismo... esos sectores no son atractivos para el empleo y dada la escasez de oferta, buscan otros sectores más atractivos (por lo menos, a priori).
No obstante, no es solo un tema de sectores, también tiene que ver con la forma de trrabajar en la empresa en la que nos ofrecen el puesto y, como no, el estilo de dirección del jefe. Como comentaba en la entrada anterior relativa a las dificultades de contratación, se valoran el buen ambiente laboral, la responsabilidad, la autonomía y, claro está, también el dinero. Pero, esto no es más que el reflejo del estilo de dirección del jefe. Según el artículo relativo a la encuesta de Cátenon, los españoles valoramos que nuestro jefe sea un buen líder, que sea cercano, sepa comunicarse y fomente el trabajo en equipo, y además, debe ser capaz de delegar y ser honrado y humilde.
Como muy bien se resume, las actitudes profesionales pasan a un segundo plano por detrás de las personales ("que sea cercano").
La verdad es que, leyendo esto, si reflexionamos sobre lo que se busca, aquellos que somos jefes o medio-jefes tenemos un reto por delante que impresiona, pues no solo debemos responder profesional, sino también personalmente. Quizás esto podría causar cierto rechazo en algunos que podrían pensar en que solo se debería valorar lo profesional, pero es a lo que me refiero cuando digo que el paradigma ha cambiado: Antés podría ser cierto que lo profesional era lo importante, pero hoy en día, sobre todo cuando prima el trabajo en equipo y la retención del talento, el jefe ha de ser un ejemplo para el equipo y sus valores han de ser los apreciados por sus miembros.
Recapacitando sobre esto, he recordado algo que leí hace algún tiempo sobre una idea radical de Julen: Sin gerencia. Lo cierto es que no tengo ni idea de cómo sería, pero tampoco se me antoja tan descabellada... por lo menos, otra organización ha de ser posible (ver "coalición de consultores" o Agile Consulting, las entradas de Mario).
3 comentarios:
Muy interesante aporte. El liderazgo es un proceso que implica no solo la capacidad de tomar decisiones, sino la habilidad de desarrollar una cierta estabilidad emocional. Dirigir una empresa no es tarea sencilla por lo que capacitarse adecuadamente es muy importante. Llevar a cabo cursos sobre gestión empresarial ayuda a reducir errores comunes que terminarían por demorar de sobremanera el logro de los objetivos propuestos con anterioridad.
Muchas gracias por tu comentario...
No obstante, yo creo que hay que trabajar más sobre las cualidades humanas y las relaciones personales de los responsables, de los "jefes"...
Yo he vivido la experiencia de tener un jefe tóxico y creo que desgraciadamente es algo muy implantado en la cultura empresarial española. Hasta que no haya un cambio a gran escala, a nivel de estilo de dirección, hay poco que hacer. Las relaciones humanas son fundamenales y los jovenes que se incorporan ahora al mercado laboral buscan calidad en el trabajo, lo que lleva implicito tener jefes con capacidad de liderazgo pero que tengan empatia, algo de lo que carecen la mayoría de directivos con los que he tratado. Un líder es respetado cuando respeta a sus compañeros, no cuando trata de atemorizar a los empleados que tiene por debajo usando el poder que le otorga su jerarquía.
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