31 agosto 2009

100 caminos al éxito #3: "KISS"

Este fin de semana he comprado una lámpara de esas sobremesa para cuando cenamos en el jardín tener un poco más de visibilidad [la verdad es que esto no tiene la mayor importancia y supongo que os importará poco, pero bueno, es la verdad, así que, tampoco hay porqué ocultarlo]. El hecho es que cuando la saqué, vi que venía acompañada por sus correspondientes instrucciones de uso y al mirarlas, no pude por menos que sufrir un ataque de risa (si no entendéis porqué no tenéis mas que mirar la foto que adjunto de las mismas)... más sencillas, imposible.

Pero inmediatamente me encontré preguntándome: "¿Y para qué quieres más? Si es lo que hay que hacer, ¿no? Poner una bombilla, enchufarla y andando".

Así que, esa sería mi tercera recomendación para los CISO: Keep It Simple Stupid! (K.I.S.S.)
  • Si una política puede ser de una página mejor que de tres.
  • Si el análisis de riesgos se puede simplificar, mejor.
  • Si el procedimiento puede tener tres pasos y una aprobación, mejor que quince pasos y siete aprobaciones.
  • ...
En fin que la simplicidad tiene una potencia increíble y además ya sabéis que la complejidad es enemiga de la seguridad...


29 agosto 2009

El mundo ha cambiado: Las personas somos el centro

Esta semana algunos medios se han hecho eco de un estudio de Sophos (aquí y aquí) sobre la preocupación que genera en las empresas la utilización de redes sociales (ya sabéis, de esas, 2.0) por parte de sus trabajadores puesto que pueden salir a la luz ciertas informaciones, en principio, confidenciales o, simplemente, dichos trabajadores pueden "meter la pata" y ser políticamente incorrectos afectando negativamente a la imagen de la empresa.

En mi opinión, lo que ocurre es que se produce una incompatibilidad entre estas herramientas (tipo 2.0) con la "empresa" como modelo organizativo (que podríamos denominar como 1.0). Y esta incompatibilidad radica, en mi opinión, en el hecho diferencial de las redes sociales: Las personas somos el centro. Es decir, somos los propios usuarios de las redes las que las hacemos importantes en la medida en la que decidimos usarlas porque nos satisface lo que obtenemos de ellas (subimos vídeos interesantes, subimos presentaciones que nos aportan, compartimos en definitiva con el resto de usuarios).

Por el contrario, las empresas son un modelo "viejo". En las empresas, las personas NO somos el centro. En las empresas, las personas son medios productivos que deben subordinarse a los intereses de la empresa (a su estrategia, a su misión-visión, a sus valores...).

Por tanto, es normal que las empresas "teman" a las redes sociales, es que son incompatibles, porque esta "personalidad jurídica" no puede participar en dichas redes en igualdad de condiciones con las personas... En el fondo, lo que ocurre es que la empresa, como modelo organizativo debe evolucionar a su versión 2.0 donde las personas sean [de verdad] el centro, los protagonistas... cuando esto ocurra, las empresas no tendrán ningún motivo para temer a las redes sociales, sino que aprovecharán todas sus virtudes. Ya sabéis cuál es mi opinión, yo la denomino: Unión Temporal de Personas.

Una lectura interesante en relación a esta importancia de las personas en las organizaciones, es la "Declaración de Consultoría Artesana" [que suscribo plenamente] (via los sueños de la razón) que tendría las siguientes características:
  • Trabajamos con las personas
  • Nos gusta nuestro trabajo
  • Colaboramos de manera abierta
  • Somos red
Y que se fundamenta en los siguientes valores:
  • Franqueza
  • Libertad
  • Pragmatismo
  • Simplicidad
  • Economía
  • Re(d)lación
En definitiva, las empresas tienen que evolucionar a su versión 2.0... ¿alguna idea?

19 agosto 2009

Lectura: "Soy Consultor (con perdón)"

Siguiendo con la tradición de comentar los libros que voy leyendo, os voy a hablar sobre el último que he leído sobre la profesión de consultor de Carlos Abadía Jordana.

Lo primero que puedo deciros es que me lo he pasado "bomba" leyéndolo, me ha gustado el sentido del humor, las parodias y, sobre todo, me he visto identificado en múltiples de las situaciones que Carlos plantea a lo largo del libro.

No puedo decir que comparta todas las posiciones de Carlos, pero sí muchas de ellas... Sobre todo el enfoque que adopta sobre el "consultor" como profesión y la valía que tiene contar con uno de verdad, dejando al margen que existen muchos "wannabes" de la profesión que, en la mayor parte de las ocasiones, lo que provocan es mala imagen y mala prensa para el resto de consultores (¿artesanos?) que ejercen (ejercemos) esta profesión. Y, desde luego, comparto que la profesión es muy difícil, que nunca se vende humo y que, esencialmente lo que se vende es, confianza, que nunca se engaña y que el auténtico consultor se compromete, no se limita a aportar (os recomiendo la lista de valores que Carlos propone para el consultor: prudencia, respeto, trabajador...)

Os comento algunos de los pasajes que más me han gustado:

"Este libro está dirigido a todos aquellos que han elegido libremente la profesión de consultor y no han muerto por el camino. Es, pues, un libro para vivos de espíritu, para personas que creen que ayudar a otras personas a hacer mejor las cosas en la empresa es un trabajo que merece mucho la pena."

"El consultor es un ente orientado a la venta [...] El consultor debe tener conocimiento real del producto que vende, bien adquirido sobre el terreno."

"El consultor, además, debe conocer ese campo de juego que es la empresa."

"(El network) Es lo más importante que tienes que hacer como consultor. Es lo que diferencia al consultor de éxito de cualquier otro profesional del sector normal y corriente."

"Desde mi punto de vista, resulta por lo menos igual de complicado seleccionar una buena secretaria que, por ejemplo, un buen director comercial."

"Los grandes vendedores (de lo que sea) lo son porque son grandes transmisores de confianza y entusiasmo [...] Y en los grandes vendedores de consultoría, la confianza y el entusiasmo deben ser superiores porque se ofrece, en un alto porcentaje, un servicio a futuro, intangible, basado en una experiencia determinada y en la creencia racional de que, si eso que estás contando lo has hecho con éxito alguna vez, tal vez merezca la pena comprar lo que dices."

"Y, más importante, es ser consciente de que tú, consultor, lo eres del cliente, no del usuario ni del beneficiario."

Y muchas otras que me dejo pero que me ha encantado verlas por escrito...