
Lo primero que he de decir es que se lee rápido, muy rápido. Tanto, que he de reconocer que lo he leído durante un reciente viaje a Praga. Además, de forma literal, durante los vuelos de ida y vuelta (unas 6 horas, más o menos).
Está organizado como una sucesión de monólogos (como bien reza el subtítulo: "Monólogos entrañables para dirigir con talento") de diferentes estilos de dirección.
No me ha descubierto nada especialmente nuevo, pero al menos aporta claridad, sencillez y va al grano de los temas.
Me ha gustado [me he sentido identificado] el primero de los monólogos atribuido a Ladislao Roble (La visión) y el epílogo incluido al final del libro.
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